22 agosto, 2009

El 40% de los individuos que mueren por suicidio había visitado a un médico las semanas anteriores al acto suicida

El proyecto “Alianza Europea contra la depresión”, cuyos últimos datos serán expuestos en la jornada extraordinaria organizada por la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría que lleva por título “Psiquiatría, psicología y cultura”, trabaja en la prevención de la depresión.

• La depresión mayor será la segunda causa de discapacidad en el año 2020.
• Una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres sufrirán un cuadro de depresión mayor a lo largo de su vida.
• Hasta un 15% de los pacientes con un trastorno depresivo se suicidan.
• Denuncia: Las elevadas cifras de suicidio se consideran como un importante indicador de infradiagnóstico e infratratamiento de la depresión.
• En los países de la Unión Europea mueren más de 45.000 personas al año por suicidio. Cada hora se suicidan más de 5 hombres y mujeres en Europa.
• La cooperación con los médicos de familia, las campañas informativas, la cooperación con los centros sociales de la comunidad y los servicios para personas afectadas y para sus familiares son las principales recomendaciones de la Alianza.



Vitoria-Gasteiz, Julio 2009.- La depresión mayor es una enfermedad cerebral grave que, en nuestro país, afecta a unos 6 millones de personas y su incidencia está aumentando en las últimas décadas. Se caracteriza por alteraciones anímicas, conductuales y somáticas; es a menudo recurrente, se cronifica en un 25% de los casos y puede presentarse a cualquier edad, causando una gran discapacidad a los enfermos que la padecen. De hecho, según el estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud la depresión mayor será la segunda causa de discapacidad en el año 2020.

Víctor Pérez Sola es el director de Unidad del Servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Pau de Barcelona y participa en la “Alianza Europea contra la depresión”, “un proyecto de investigación continental, basado en la “Nuremberg Alliance Against Depresion”, y que arroja datos concluyentes, presentados en la jornada extraordinaria organizada por la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría que lleva por título “Psiquiatría, psicología y cultura”.

Así, puede decirse que una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres sufrirán un cuadro de depresión mayor a lo largo de su vida. “Los trastornos depresivos están caracterizados por un curso recurrente e incluso crónico”, subraya el experto. “La depresión implica un sufrimiento importante que disminuye enormemente la calidad de vida del individuo llegando a suponer un riesgo de muerte. Tal es así, que hasta un 15% de los pacientes con un trastorno depresivo se suicidan. Estas elevadas cifras de suicidio se consideran como un importante indicador de infradiagnóstico e infratratamiento de la depresión”, tal y como expone el especialista.

Más del 90% de los suicidios se producen en el contexto de una enfermedad psiquiátrica siendo la depresión una de las más significativas. En los países de la Unión Europea mueren más de 45.000 personas al año por suicidio. Cada hora se suicidan más de 5 hombres y mujeres. Se calcula que el número de intentos de suicidio podría ser hasta ocho veces mayor. El índice de suicidio por países oscila entre un 5,92 por 100 000 en Italia hasta un 25 por 100 000 en Eslovenia, según los datos de la OMS, extraídos del bienio 2001-2003.

“En la mayoría de países”, continúa Víctor Pérez, “el riesgo de suicidio es mayor entre los hombres adultos y los intentos de suicidio entre las mujeres jóvenes. Un estudio mostró que el 40% de los individuos que mueren por suicidio había visitado a un médico las semanas anteriores al acto suicida. Lo que acentúa la necesidad de llevar a cabo más intervenciones en el ámbito de la Atención Primaria.


Déficit diagnóstico y terapéutico
Advierte el especialista que “en la actualidad, a pesar de que se dispone de tratamientos efectivos (antidepresivos, psicoterapia) solo un 10% de los pacientes con depresión recibe un tratamiento farmacológico o psicoterapéutico óptimo. Las razones de estos infradiagnósticos e infratratamientos varían desde el déficit en atención primaria –por ejemplo la formación específica en salud mental –, hasta los prejuicios respecto a la depresión por parte de la población en general (“la depresión no es una verdadera enfermedad” o “la depresión es debida a un fracaso personal”) y del paciente depresivo en particular (“me falta energía para buscar ayuda”, sentimientos de desesperanza). Todos estos datos”, arguye el psiquiatra del Hospuital Sant Pau, “hace necesarias iniciativas a escala nacional y europea para potenciar y mejorar el tratamiento de la depresión. No en vano, se estima que sólo la mitad de los pacientes con depresión mayor son detectados y diagnosticados correctamente, de estos no todos reciben un tratamiento adecuado”.

Recomendaciones de la Alianza

Las actuaciones propuestas por la ‘Alianza Europea contra la depresión’ “se amparan en cuatro puntos clave: la cooperación con los médicos de familia, las campañas informativas, la cooperación con los centros sociales de la comunidad y los servicios para personas afectadas y para sus familiares”.

En cuanto a la cooperación con los médicos de familia, Víctor Pérez matiza que “los médicos de familia tienen la opción de participar en sesiones de formación, se les facilita material informativo específico sobre la depresión dirigido a los pacientes y se les ofrece la opción de consultar a un especialista con relación al tratamiento de casos particulares de depresión que tengan en la consulta”

Con respecto a la campaña informativa, “ésta va dirigida a la población. Los ciudadanos reciben información mediante pósters, banderolas, anuncios de televisión, folletos informativos, comunicaciones de prensa y una página de Internet (http://www.eaad.net/ ). El objetivo es facilitar el conocimiento de la existencia de tratamientos adecuados y redefinir el concepto popular del término depresión”.

Asimismo, dentro de las recomendaciones de la Alianza se incluye “la cooperación con los centros sociales de la comunidad. Otros grupos sociales de la comunidad como agrupaciones culturales, maestros o profesionales de la geriatría reciben información sobre depresión mediante charlas y conferencias”. El último nivel de actuación “trabaja la ayuda a pacientes de alto riesgo, principalmente, grupos de autoayuda especialmente indicados para pacientes con antecedentes de intentos de suicidio”.

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